La Guardia de Honor

La Guardia de Honor es una Asociación pública de fieles de Derecho Pontificio (laicos, religiosos, sacerdotes) que practican la devoción al Sagrado Corazón de Jesús custodiada por la Orden de la Visitación de Santa María (VSM).

La Hora de Guardia u Hora de Presencia, consiste en ofrecer las obras de una hora del día con el deseo de consolar al Sagrado Corazón. Cada miembro elige la hora del día durante la cual ofrecerá sus ocupaciones ordinarias:  “Todo por amor, nada por obligación”.  Esta Hora puede hacerse frente al Santísimo, pero también en cualquier otro lugar, en la casa, en la oficina, en el colegio, haciendo deporte, de paseo.

En Chile, el correo de la Archicofradía de la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús es ghsagradocorazonchile@gmail.com

Está presente en:

 La Guardia de Honor, se puede decir que nació en el Calvario, y la inició la Santísima Virgen María cuando, asociados a Ella, San Juan y la Magdalena, adoraron por vez primera al divino Corazón, herido con la lanza y manando sangre y agua. Diecisiete siglos después, Santa Margarita María Alacoque contempló ante el sagrario a Jesús, que le mostró su Corazón encendido en llamas de infinito amor, pero herido hasta lo más hondo por la ingratitud de sus redimidos; asociada con los Ángeles, e invitada por ellos, formó un coro de adoración, de alabanzas y de desagravio al divino Corazón.

Como asociación, la Guardia de Honor del Sagrado Corazón nació en el Monasterio de la Visitación de Santa María de Bourg-en-Bresse (Francia), el 13 de marzo de 1863, gracias a la Hna. María del Sagrado Corazón Bernaud y pronto se extendió por todo el mundo.

Es honrar el Corazón de Cristo que nos manifiesta su infinito amor, especialmente en el Calvario donde fue traspasado, y en la Eucaristía donde vive solitario y abandonado. Por este motivo el fin particular de la Guardia de Honor es rendir y promover un culto constante y perpetuo de Gloria, Amor y Reparación a este Corazón divino que herido visiblemente una vez en el Calvario, es herido invisiblemente todos los días y a todas horas por la ingratitud y olvido de sus redimidos, principalmente en el Santísimo Sacramento. Allí, alrededor de la Divina Víctima eucarística, se invita a los Guardias de Honor a reanudar y proseguir el oficio inaugurado al pie de la Cruz por la Santísima Virgen, el amor inmolado, por Magdalena, el amor penitente y por Juan, el amor reparador.

Es muy fácil: Escoger una hora de las señaladas en el Cuadrante y en unión con la Virgen Santísima y los celestiales Asociados que le correspondan, trasladarse en espíritu junto al Sagrario, y allí ocupar su puesto de centinela de amor, ofreciendo actos de adoración, de acción de gracia, de reparación y de súplica al Corazón de Jesús, vivo real y verdaderamente presente en la Hostia consagrada, haciéndole fiel compañía.

Durante este tiempo el asociado no tiene necesidad de cambiar de ocupación. La “hora de guardia o de presencia” consiste en ofrecer el deber de estado de cada uno, el trabajo, estudio, descanso, oración, etc., en unión a la ofrenda de Cristo al Padre, para su gloria y salvación de nuestros hermanos. Vivir la “hora de guardia” hace que, a la larga, nos vayamos acostumbrando a sentir la presencia y cercanía de Jesús en nuestra vida, que así se llena de sentido.

La Guardia de Honor es una Asociación Eucarística, porque ¿dónde podemos encontrar al Corazón de Jesús “vivo” sino en la Eucaristía? Y ¿no recibe en la Eucaristía también hoy incesantes injurias, olvidos, heridas?

Al comenzar la “hora de guardia”, dirigimos nuestro corazón y nuestro pensamiento hacia Jesús Eucaristía, mediante una comunión espiritual, una mirada del corazón.

En algún otro momento durante el día podemos hacerle una visita, y pasar aunque sólo sea unos momentos junto a Él en el Sagrario.

La misión por excelencia confiada a la Guardia de Honor es honrar al Corazón Herido de Jesús y recoger la preciosa Sangre y el Agua que brotaron de él, ofreciéndolas al Padre por las necesidades de la Iglesia y salvación de los hombres.

Eso es lo que hicieron en el Gólgota la Virgen María, Juan y Magdalena en el momento de la Lanzada, inaugurando una especie de “sacerdocio místico” que se prolonga en la Iglesia y que los guardias de honor tienen como valiosa herencia.

Testimonio y oración: Si nos acercamos al Corazón de Cristo quedaremos prendidos en su llama, tendremos sus mismos sentimientos. Él no es más que Amor y Misericordia, luego nuestra vida debe transparentar su presencia.

Todas las necesidades de la Humanidad hallan eco en su Corazón y deben hallarlo en el nuestro. Cada hora del día, además de tener su patrono especial, (la Virgen, S. José, los santos y 9 coros de los ángeles), está dedicada a pedir por una intención particular, aunque se pueden añadir otras.

¡Tú! Sí tú, cualquiera que seas: niño, joven, adulto, hombre o mujer, casado, soltero, consagrado a Dios, religioso o religiosa, sacerdote, obispo, Papa…

La facilidad y profundidad de la Guardia de Honor hacen que esté abierta a todo tipo de personas. Ayuda a todos a dar sentido a su vida, a vivir en plenitud la propia vocación.

En los registros de la Asociación figuran tanto Pontífices y reyes como personas sencillas, empresarios y obreros, ricos y pobres. Varios santos y beatos que hoy veneramos en los altares encontraron en la Guarida de Honor una ayuda para su santificación.

Sólo tienes que:

  • Inscribirte en un Centro de la Asociación
  • Escoger una hora y ofrecerla cada día al Corazón de Jesús, sin cambiar tu actividad ordinaria.
  • Ofrecer al Padre durante esa hora la Sangre y Agua salidas del Corazón de Jesús, es decir, hacer la “preciosa ofrenda”.

Nada de esto obliga bajo pena de pecado. Lo importante en la Guardia de Honor, como en el cristianismo, es EL AMOR.

“Los hijos del Corazón herido hablan todos una misma lengua, que tiene por raíz la palabra AMOR” Hna. María del Sagrado Corazón, VSM.

Hoy se quiere borrar el nombre y la realidad de Dios de la sociedad, por eso es más urgente que nunca ser testigos de su Amor y hacer presente con nuestras vidas su reino: Reino de Verdad y de Vida, de Santidad y de Gracia, reino de Justicia, de Amor y de Paz.

¡A esto nos ayuda la Guardia de Honor!

Además, la unión hace la fuerza. En la Asociación, podrás beneficiarte de la ayuda espiritual de miles de asociados “de toda raza, lengua, pueblo y nación” y formar una cadena ininterrumpida que dé Gloria, Amor y Reparación al Corazón de Jesús, tan poco amado.

Santos protectores

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, San José, San Francisco de Asís, San Francisco de Sales y Santa Margarita María.

Patronos e intenciones para cada hora de guardia

De 12 a 1: Ntra. Sra. del Sagrado Corazón La Iglesia. Las causas difíciles y desesperadas

1 a 2: San José y los santos Las naciones y sus gobernantes, la paz.

2 a 3: Los Justos de la tierra Las instituciones políticas, sociales, económicas, medios de comunicación.

3 a 4: Los Serafines La familia, el respeto a la vida

4 a 5: Los Querubines La enseñanza, los jóvenes

5 a 6: Los Tronos El trabajo, los que van de viaje…

6 a 7: Las Dominaciones Los pobres, los que sufren

7 a 8: Las Virtudes La propagación de la fe. Los misioneros

8 a 9: Las Potestades La conversión de los pecadores y alejados

9 a 10: Los Principados Los agonizantes

10 a 11: Los Arcángeles Las almas del Purgatorio, los asociados y familiares difuntos.

11 a 12: Los Ángeles El reinado del Corazón de Jesús. Acción de gracias por los beneficios recibidos

Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, concede a tu Iglesia la gracia de la beatificación de tu sierva y apóstol, Hermana María del Sagrado Corazón, fundadora de la Guardia de Honor.

Por su intercesión, te pido…

Corazón de Jesús, rico en misericordia, haz que el ejemplo de la vida de la Hermana María del Sagrado Corazón me ayude a conocer y cumplir tu voluntad.

Deseo, en espíritu de reparación por los pecados del mundo, alabar tu Misericordia y tu incomprensible Amor. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu reino.

“A cada instante del día, quisiera, mi Salvador, con un amor ardiente consolar tu Corazón». (Hna. María del Sagrado Corazón, VSM)

“Busqué quien me consolara y no lo hallé”. La Hna. María del Sagrado Corazón se sintió impulsada a responder a esa “queja” del Maestro reuniendo a personas que, por turno, de hora en hora, se ofrecieran a continuar la misión de la primera “Guardia de Honor” del Calvario, reparando esa falta de amor, compartiendo sus sufrimientos, para consolarle.

“El celo que devora al Corazón de Jesús debe pasar al corazón de sus amigos. El más humilde “guardia de honor” puede y debe ser apóstol y salvador con Jesucristo” “El Señor ha abierto su Corazón: ha dejado que la lanza lo traspasara y nos lo ofrece como un Arca de salvación. Entremos en Él y hagamos entrar a todos cuantos podamos” “¡Que esta suave Herida hecha por la lanza sea cada vez más conocida, amada y glorificada! Que por la Sangre y el Agua que brotaron de ella, se haga misericordia a la tierra…” (Hna. María del Sagrado Corazón)