La idea de “entronizar” el Sagrado Corazón de Jesús en las casas fue lanzada a comienzos del siglo XX, por el padre Mateo Crawley, SS.CC. (1875-1960). Recibió inmediatamente la mejor acogida del Papa San Pio X.

En su primera audiencia con el Santo Padre, le hizo lectura de un escrito de su plan de recristianizar la sociedad, conquistando para el Sagrado Corazón familia por familia. Terminada la lectura, el Papa le colocó sus manos sobre los hombros y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: “Es una obra de capital importancia. Conságrale tu vida. Estás empeñado en una empresa de redención social”. El Padre Mateo en llantos balbuceó: “¿de modo que Su Santidad bendice y aprueba la Obra de la Entronización…?”. Sonriendo, el Papa santo exclamó vehementemente: “No sólo la autorizo, es mi voluntad y te ordeno que te consagres enteramente a este gran apostolado. ¡Dios lo quiere!”

En Paray-le-Monial, donde tres siglos antes el Sagrado Corazón de Jesús había prometido a Santa Margarita María: “Bendeciré las casas en que esté expuesta y sea venerada la imagen de Mi Sagrado Corazón”, el padre Mateo recibe una gracia mística extraordinaria que le llena de ardor para llevar a cabo su misión.

Predicador asombroso e incansable, el padre Mateo viajó literalmente por el mundo entero, durante 50 años, inculcando esta práctica y organizando los Secretariados Nacionales y Diocesanos de la Obra de Entronización. Primero recorre Latinoamérica y Europa para después entrar en todos los países de Asia, África y Oceanía, terminando en América del Norte.

Hizo cinco giras por España predicando a multitudes en las iglesias y haciendo retiros para el clero, consiguiendo que la práctica de la entronización del Sagrado Corazón de Jesús llegase a la mayoría de los hogares. La idea se extendió al ámbito público y más de 1.500 pueblos entronizaron el Sagrado Corazón en las salas de los ayuntamientos.

La apoteosis fue la erección del monumento nacional en El Cerro de los Ángeles y la Consagración oficial y solemne de España al Sagrado Corazón de Jesús, realizada el 30 de mayo de 1919, en la cual estuvo presente el p. Mateo. Predicó en Madrid el triduo preparatorio y, días después, fue recibido por el rey Alfonso XIII, que le agradeció su labor.

Pio XI lo llamó «Apóstol Mundial del Sagrado Corazón». En 1948, con motivo de sus bodas de oro sacerdotales, Pio XII le envió una hermosa y larga carta: “Para nosotros también, como para nuestros predecesores, la Entronización responde a nuestros más caros deseos…”.

Nacido en Arequipa, Perú, profesó en la Congregación de los Sagrados Corazones en Valparaíso (Chile), el año 1892. Al fin de su vida itinerante, volvió a la misma ciudad para fallecer el 4 de mayo de 1960, después de sufrir dolorosas enfermedades y ofrecer su vida “por el triunfo y el reinado del Divino Corazón de Jesús”.

Se encuentra sepultado en la cripta de la bonita iglesia de los Sagrados Corazones de Valparaíso, a los pies del Sagrario.

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Para Entronizar el Sagrado Corazón en tu hogar, lugar de trabajo u otro recinto te sugerimos la Guía que puedes consultar pulsando aquí.